DE MÚSICA Y FOTOGRAFÍA
La música, o por lo menos la buena música, es considerada arte. Llega a los oidos de maneras que muchas veces no entendemos, con sentimientos que no tenemos en el momento justo y que rebota una y otra vez en nuestra cabeza mientras dure una pieza. La música es un elemento fundamental en la cultura de una sociedad, en la formación de una persona y en medio para transmitir un mensaje, un sentimiento o una forma de apreciar la vida.
La música además goza, o sufre (dependiendo de la perspectiva) de algo que la fotografía también tiene: su reproducibilidad técnica. Si bien entendemos que no toda la música tiene por qué ser arte, toda la música tiene la posibilidad de reproducción en diversos medios y canales, y lo podemos observar incluso cuando una agrupación decide replicar la canción de otros. De la misma manera la fotografía puede ser reproducida una y otra vez.
¿Por qué hablar de música y fotografía al mismo tiempo? Porque la música puede ser reproducida con fines de aprendizaje y enseñanza, así como la fotografía. El hecho de que una pieza (de ambas disciplinas) sea mostrada a un grupo por un individuo debe ser tomado como el hecho de instruir sobre el proceso artístico (o comercial, mercadológico, etc.) De esta manera su reproducibilidad hace posible alcances que de otra manera no podrían funcionar. La fotografía puede entonces tener un alcance superior a lo que normalmente lograría expuesta en una galería por ejemplo.
De esta manera debemos estar conscientes de lo que podemos lograr y también de a donde queremos llegar. La idea principal de esta columna, mi estimado lector, es concientizar acerca de la facilidad con la que una fotografía puede rondar de un lado a otro para ser mostrada, pero de la misma manera tratar de entender que el proceso creativo en la producción esta siendo mostrado en la reproducción.
Gozar de una indeterminada capacidad de reproducción habla, para algunas personas, de una desvirtuosidad en la obra terminada. Pero también debemos entender que es posible dar tributo a quien la obra original pertenece, y para los fines mencionados anteriormente también debemos estar conscientes que este proceso creativo puede ser enaltecido a través de la misma reproducción de una pieza.
Fotografía o música, somos capaces de ver más como consumidores, y también somos capaces de llegar más lejos como productores.