Martín Zapata, Docente, Director y Dramaturgo de Teatro. (Parte 1)
En esta ocasión tuve la oportunidad de entrevistar al Maestro Martín Zapata, y platicar un poco de de su nueva puesta en escena. A la par también pudimos indagar un poco en la mente de este director y dramaturgo para entender cómo funcionó la creación de esta obra y al mismo tiempo acercarnos un poco más a sus gustos, su forma de pensar, su flujo de trabajo y la manera en que se desarrolla el trabajo dentro del Teatro. Por cuestiones de contenido la redacción decidió dividir la entrevista en dos partes, y recordar a todos nuestros lectores y entusiastas del teatro que se acerquen a la Unidad de Artes de la Universidad Veracruzana para solicitar los informes sobre las próximas presentaciones que tendrán en el Foro Torres Lapham, dentro del mismo inmueble.
¿Cómo se llama la obra que va a presentar?
El fulgor de Clara
¿De que trata, a grandes rasgos?
Trata sobre la hermandad, el amor filial. Sobre dos hermanos que se encuentran en una situación extraordinaria, que es después de la muerte. Son dos hombres, y al mismo tiempo dos señoritas muy jóvenes que se encuentran en esa misma situación. Son dos historias paralelas donde existen una serie de elementos que hablan de la relación entre hermanos, como la competitividad, cosas irresueltas, el amor que existe entre ellos, pero también con una larga historia de cuestiones que generan rencor y problemas.
Respecto a la obra, ¿Por qué montar una obra así?
Siempre mis temáticas creo que van hacia lo fantástico que lo realista, la base en la que trabajo es realista, pero siempre tienen elementos fantástico, es decir, cuestiones de lo que va más allá de la muerte, más allá de nuestro espacio físico; y me parece que las historias fantásticas son una metáfora de nuestra realidad. Alguien que ve una historia fantástica resulta tener resonancia en nuestra realidad, y creo que el teatro para mí ese es su terreno: ir a otro lado para hablar de éste lado. Generalmente mis obras están situadas en otra época, en otro país, también en México, pero cuando se encuentra esta lejanía produce una cercanía, por contraste.
Tengo entendido que en sus obras procura emplear elementos de magia o ilusionismo, ¿Qué pasa con esos elementos en esta obra?
Uso muy poco, por ejemplo en “Camino a Fort Collins”, que es la historia de un hombre y una mujer donde resulta que poco a poco uno se va dando cuenta que ella es una extraterrestre, entonces la obra terminaba con un truco de magia: una carta de baraja volaba. A veces los utilizo, depende si es requerido o fundamental para contar la historia
Esta obra en particular ¿cómo se relaciona con usted? ¿Por qué la decisión de montar una obra que habla sobre hermanos?
Bueno, muchas veces uno empieza imaginar una obra y uno no sabe muy bien por qué lo está haciendo, cuál sería la razón, pero después empieza uno a encontrar resonancia con uno mismo y con los demás. Creo que tiene que ver con muchas historias de hermanos que he escuchado, creo que tiene que ver con mi propia visión de la hermandad; tanto de mí con mis hermanos como de ellos a mí. Me parece que es una combinación de muchas historias, pero esta obra tiene su propia independencia, aunque se basa en algunas historias llega el momento en que ésta obra te pide su propia coherencia y se aleja de lo posiblemente autobiográfico, o cercano a las personas que me conocen. Adquiere otra dimensión que ya es independiente.
¿Cuando empiezas a escribir esta obra? ¿Cómo era el contexto en el que te encontrabas en ese momento?
La empecé a escribir en febrero. El 2015 me gustó mucho pero fue un año muy intenso. Estoy acostumbrado a hacer una obra al año… escribirla y montarla. Pero el año pasado (2015) hubo particularmente ensayos de una obra que ya teníamos, un remontaje muy distinto de una obra que también ya teníamos (Camino a forth collins) con escenografía nueva, trazos nuevos e iluminación nueva, además de ésta obra; entonces se nos juntaron tres, dos en ciudad de México y una aquí (Xalapa). Fue un año muy fructífero porque además de estas obras también se montaron creo que nueve obras mías por otros directores, como el insólito caso del Señor Morton en Tijuana, Guanajuato, Guatemala… también se montó la obra El siniestro plan de Vintila Radulezcu, otra obra mía, en Alemania Osnabrück en un festival que hay ahí, después se fue a temporada. Eso más mis clases en la facultad de Dramaturgia y dirección que había que combinar con las idas al Distrito Federal para el montaje de las otras dos obras.
¿Cuál piensas tu que es tu especialidad en dirección?
Espero ser medianamente eficiente en creación de personajes y en trazos. Yo empecé mis primeros montajes y creo que tenían mayor manejo de la puesta en escena: trazos, composiciones y trabajo escenográfico pero me costaba mucho dirigir actores. Era un problema que yo veía en mi carrera. De pronto tenía buenos actores y el montaje funcionaba bien, así como también me tocaban actores que no me convencían o actores con los que no podía entenderme, y yo sentía que eran fallas mías como director de actores. Entonces me propuse poder aprender a dirigirlos y me dije “necesito ya aprender eso” dirigir a los actores de una manera más eficaz y creo que a partir de ahí empece a tener una preocupación muy fuerte por aprender a dirigirlos y creo que ahora me siento más o menos capacitado para dirigirlos. Tiene que ver con un método que aprendí con maestros y desarrolle yo mismo, y creo que tiene que ver con que se escoger muy buenos actores, y que se escoger qué actor va en qué papel. Me tardo mucho y lo pienso mucho, pero lo hago hasta que estoy completamente seguro de actor como personaje.
En cuanto a esta obra, algunos directores o compañías piden que el público vaya predispuesto a algo o a cierto tema. En este caso el público ¿cómo debe llegar a ver El fulgor de Clara?
Yo no pienso mucho en eso. No pienso el público como dividiéndolo en diferentes tipos de receptores. Creo que no es una obra para menores de edad, menores de 18. Si llegara alguien con un menor y los papás estuvieran de acuerdo podría entrar, pero no considero que sea para menores de 18 años. Los espectadores uno no sabe bien cómo van a reaccionar, cómo van a recibir esto. Uno tiene pocas guías y una de esas guías es que si me gusta a mi le puede gustar a otro. A partir de eso yo sigo mucho un consejo de un maestro mío, Ludwik Margules, que decía “el espectador siempre es más inteligente que tu”, entonces pienso que el espectador es muy inteligente y que van a ir un paso adelante que nosotros, y debemos contar con eso. Debemos tratar de ir un poco adelante de ellos para empatar el paso. No creo que el público sea tonto y puede haber muchas reacciones, pero hasta el estreno vemos que sucede y cómo lo recibe.
Yo tengo una obra que se llama Los caprichos de la carne, de cuestiones sexuales, una obra con un lenguaje muy soez. Un millonario que tenía una casa donde vivía una mujer y el novio de esta mujer, y se integraba un cuarto personaje que era una bailarina, novia de uno de ellos, entonces había un cuarteto de libertinos con elementos de celos. En esa obra había escenas sexuales muy explícitas, bueno pues esa obra le ofendió a intelectuales que hubieran podido tener una mente más abierta y les encanto a señoras fresas de Querétaro, encopetadas que llegaban a verla y yo pensaba “les va a dar un infarto”, y fue absolutamente impredecible a quien le iba a gustar, qué iba a conectar y quién tendría prejuicios para algo así o no. Grotowski decía que había dos tipos de espectadores, el espectador sensible y el no sensible; y que el espectador sensible puede estar en cualquier lado.
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