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Todos somos UV

Todo empieza en un edificio viejo, construido sobre construido, enmendado y reestructurado con e paso del tiempo. Escucho, observo, entiendo la pobre organización. Novatos, no saben a lo que van. No saben que esperar. Me doy cuenta del miedo, las ansias, la desesperación, el enojo y las ganas de un cambio. Se forman los grupos y los jóvenes que dirigen cada facultad hablan, reúnen a su gente, compañeros y amigos. Se forman escuadras. Una milicia sin armas, sin escudos, sin instrucción firme. No se les culpa, no lo han hecho antes y no tendrían por qué hacerlo; mucha fuerza, mucha vitalidad, muchos estudiantes… siguen siendo novatos… sus ojos los delatan.


Caminan, y yo los acompaño. Como la delgada línea roja inglesa se forman en hileras de tres o dos y no se quiebran, no flaquean, están ahí por algo. Hay espíritu. Tratan de no interrumpir el tráfico y circundan la zona de Los Lagos para darse a conocer. Las consignas nunca sobran… desafinan, desentonan, se desfasan y continúan. Cada cierto tiempo toman aire, y vuelven a empezar. El frío ya no se siente, siguen adelante. Son fuertes… lo se, lo saben quienes los ven, lo saben ellos. El miedo no ha quedado atrás, camina junto a ellos a cada paso. Las ansias los guían.


La gente los mira detenidamente y de una u otra manera se unen. Un aplauso, un grito, un chiflido, un claxon… lo que sea es válido para dar ánimos, más fuerza de la que ya llevan. En este punto ya no los veo, ya nos veo. Me han hecho parte de ellos, se les agradece, se les entiende, se les apoya. Levantamos las manos en señal de agradecimiento, levantamos los puños en señal de protesta.


Zona UV no está lejos, casi la podemos ver. Nos estorban contingentes de otras facultades, otros compañeros, otros colegas, otros nosotros. Unidad de artes se hace presente. Ellos ya estaban aquí cuando llegamos. Estamos ahí y nos reciben cálidamente. La delgada línea que se movía rápido, ansiosa y erráticamente se ha convertido en una formación de magnitudes que ninguno de nosotros hubiera imaginado. Ahora marchamos lento, nos hacemos notar, no hay necesidad de correr. Estado: estamos aquí.


Continuamos nuestro camino. Ahora marcamos el piso con nuestro andar, la gente lo hace, los estudiantes lo hacen, los maestros lo hacen. Maestros, mis respetos porque ahí es donde deben estar, cuidando a quienes deben cuidar, luchando junto a quienes deben luchar. Docencia decide cubrir la retaguardia, protegen a los suyos, nos protegen a todos. Lo demás es historia, historia que todos conocen. Un buen clima para Xalapa, malo para cualquier protesta, nos juega chueco. Se desborda agua del cielo de una manera elegante, irritante.


Se habla, se entiende, se presentan, y se imponen. Que sin la Universidad Veracruzana las demás universidades del estado no existirían. Por eso estoy aquí, con ellos, con los míos. Creo haber visto otras personas, que ya no están, marchando con nosotros, registrando los hechos, apoyando… pero no están, yo lo se; y ahí están, y eso también lo se.


Estoy aquí porque trato de dar algo que yo nunca necesité, que mi generación nunca necesitó, y que ellos no tendrían por que pedir: esperanza. Ellos saben que existe, y saben que deben luchar por una pizca de esperanza; nosotros lo sabemos. Hoy no hay facultades, hoy no hay unidades, hoy no hay equipos, hoy no hay grupos… Hoy hay Universidad Veracruzana, y queremos que siga así, que exista así.


Hoy estamos unidos, como nunca… como siempre.


el rapero Dharius se presentara en xalapa
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