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Una realidad con más de 100 años de historia "Los equilibristas"

Dramaturgia y dirección de David Gaitán

¿Qué son los equilibristas? ¿Cuándo sabemos que estamos frente a uno? ¿Cuándo nos volvemos uno? ¿Qué sabemos de ellos?

Esta obra nos muestra una situación bastante interesante que se presta para análisis, pero que definitivamente en estas líneas no pienso realizar. Si bien podría ser una alegoría o una representación histórico-contemporánea de la situación actual que vive el estado y el país, también puede resultar en una forma de hacer reaccionar a un pueblo que se ha visto apagado por el abuso proveniente de los llamados gobernantes. A través de episodios, capítulos y testimoniales se nos presenta todo un escenario donde se mueven situaciones de interés para cualquiera que sea mexicano.

Los equilibristas es una puesta en escena que recrea un pequeño fragmento de una dividida, golpeada y desorganizada revolución, que se llevó a cabo de manera dura, sangrienta, sin una forma de pensar unificada, sin un objetivo bien claro excepto el de derrocar la opresión y la tiranía existente en el país. Esto no quiere decir que la obra sea completamente histórica, caracterizada y heroica o épica. No. El maestro Gaitán, en su visión de lo que son los equilibristas, nos muestra una rasguñable sátira de cómo pudo haber sucedido una confrontación en aquel pueblo del que no se dice nombre, y de cómo un acto en falso pone el equilibro de todo lo recientemente solucionado en mares abruptos y picados; para finalmente caer. Un noble capítulo de lo mal que el país estaba, estuvo, estuviera, está.

Cada personaje tiene algo que contar, algo que hacer, algo que sentir y decir, sin embargo no todo eso es posible cuando existe una masa (por lo menos no en la realidad; en este montaje sí). Para eso se elige un portavoz, que muchas veces con miedo y vísceras endebles trata de hablar por su gente.

Con el alocado episodio entendemos que la situación del país no ha cambiado. Entendemos que falta mucho por hacer, y que casi la totalidad de lo que el pueblo haga para liberarse de la opresión no será transmitida por los medios de comunicación, que en términos utópicos deberían de ser los encargados de compartir la información sin estar vendidos, sin estar comprados, sin estar corrompidos.

Al buen estilo de Bertolt, el maestro Gaitán decide golpear al espectador unas cuantas veces sobre lo que se menciona en el párrafo anterior, pero en términos de actualidad, de lo que sucede con los ciudadanos, de lo que ocurre aquí en nuestro país, y que no es ninguna mentira, ninguna invención, nada de imaginación. Pura realidad. Ese recurso Brechtiano, debo decir, le da a esta obra un empuje diferente, que pone en juicio a muchos quienes esperan ver pura fantasía, irrealidad, episodios aislados o cuestiones épicas en el teatro, para finalmente toparnos con un muro de metal que no es otra cosa que la realidad en la que vivimos. -Que los estudiantes sigamos vivos suena como a ficción ¿no?- y yo me pregunto, por qué debería ser un estudiante vivo en estos tiempos ficción.

Mucho más que decir queda, sin embargo solo me limito a felicitar el producto realizado, que se rumorea fue un intensivo trabajo actoral, corporal, creativo y de dirección. Y que por supuesto muestra la cosecha de lo sembrado.

el rapero Dharius se presentara en xalapa
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