Machine Head; Evolución Hecha Metal
En muchas ocasiones se ha considerado al metal como un género estático e inamovible, pero hay múltiples razones por las que esta idea es simplemente obsoleta y errónea, ya que aun en nuestros días se cuenta con bandas tan versátiles como también virtuosas, que han dejado una estela de buenos trabajos que son dignos de elogiarse. Y en este punto es momento de hacer mención a Machine Head, que con un historial personal de 8 álbumes de estudio se ha posicionado en una de los mejores peldaños en la historia del metal. Y es que si bien esta banda Californiana ha elaborado riffs que te revientan los tímpanos y te invita a la psicosis metalera, también contrarresta esta estridencia con melodías bien pensadas en los momentos clave, para hacer de cada pieza un verdadero deleite para los fieles metaleros.
Pero la historia de este cuarteto norteamericano no siempre ha sido tan simple o entendible.
Creada a principios de los 90s por Robb Flynn y Tony Constanza, esta banda se abrió camino en la esfera del metal global con unos poderosos riffs salidos de las entrañas de sus compositores. Y es que en este momento inicial de la banda, el mundo del metal estaba en busca de un sonido definido y único, pero Machine Head creo una tangente en donde se refugiaron los más siniestros y estrambóticos ritmos que definieron lo que sería de la banda en los años consecuentes.
Pero después de su álbum debut Burn My Eyes las cosas cambiarían para siempre en el anecdotario musical de esta agrupación. Todo esto debido a una serie de cambios en sus integrantes que dejaría a partir del año 2002, una alineación permanente hasta el momento, con la voz áspera, agresiva y melódica del guitarrista Robb Flynn, los veloces y contundentes beats de Dave McClain, las notas que parecen ser una extensión de las pulsaciones cardiacas del bajista Adam Duce y el ensamble armonioso de los ritmos creados por Phil Demmel, completan el cuadro perfecto para la gestación de una serie de trabajos memorables, que hacen simplemente destruir la habitación o sala en donde sean escuchados.
Y siendo un tanto más analíticos, a lo largo de los álbumes realizados por Machine Head se puede notar una evolución en la forma de entender el metal, entendimiento que solo puede brindar la madurez que como músicos metaleros han adquirido con el paso del tiempo. Porque si se entiende que el primer trabajo de esta banda fue un tanto con tintes de Hard Core, solo basta checar trabajos como Supercharger, Unto The Locust, Through The Ashes Of Empires, entre otros tantos más para notar una seriedad y dedicación hacia los cuales esta banda simplemente; evolucionó.
Pero la evolución depende de diversos factores, mismos que deben entenderse como expectativas de los mismos músicos, ya que el poder tener una frescura en cada trabajo hecho por Machine Head sin abandonar una agresividad que hace ponerte los pelos de punta, no es una tarea fácil. Aunque de cierta forma se puede entender lo insatisfechos que estos músicos han estado con el producto elaborado, que a pesar de ser una mina de oro, siempre evoluciona a algo sumamente genial en el disco posterior.
Por estas razones se debe tener en consideración que estas líneas dedicadas al poder metalero que esta banda ha podido conseguir, es el resultado de la experimentación, dedicación, compromiso, originalidad y amor al metal, requisitos fundamentales para poder alcanzar la aprobación de los críticos pero sobre todo de la comunidad metalera, que de cierta forma, al haber escuchado a Machine Head, nunca los soltaron. Por esto mismo, la línea del tiempo que se formó de manera alterna con la historia de este grupo a través de sus trabajos, simplemente se recomienda seguirla de principio a fin.
Finalmente no queda más que reflexionar la próxima vez que como fiel metalero decidas escuchar una combinación dura y concreta de excelente metal, recorrer las calles con este soundtrack sonando de fondo en eso que llamas “vida cotidiana”, sentir tu sangre hervir con cada desgarradora nota escuchada, es decir; la próxima vez que decidas sentirte libre. Y es en este punto en el que te detienes a pensar que desde 1992 se empezó a cocinar la idea progresiva de elaborar un buen metal, rudo y depresivo en ocasiones, amargo y dulce, suave y oscuro, ligero y pesado. Y sobre todo, que cuando esa atmósfera cobre vida y ya estés viviendo en ella, simplemente recuerda una cosa, Machine Head lo hizo posible.
Álbum Recomendado: The Blackening (2007)