Valentino Clemens y su familia de chicos perdidos sin oportunidades.
El Premio Nacional de Dramaturgia Joven “Gerardo Mancebo Castillo” 2018 es entregado este lunes.
“No sé si todos los jóvenes viven sin oportunidades. Los chicos perdidos proceden de familias rotas… son un grupo de amigos que no serán encontrados porque no hay quién los busque”, Isabel Vázquez Quiroz.
“En el Teatro se puede hacer todo, es el lugar más mágico que hay, yo creo. Hay tantos recursos, tantas formas, tantas historias. Yo creo que es posible hacer todo en el Teatro”, señala convencida Isabel Vázquez Quiroz, quien este lunes 9 de julio es galardonada con el Premio Nacional de Dramaturgia Joven “Gerardo Mancebo Castillo” 2018.
Egresada de la Universidad Veracruzana con especialidad en Creación Escénica, considera que el teatro es de vital importancia para el ser humano:
“Es una necesidad de expresión, es catártico también; es escoger un pedacito de ti y transformarlo, hacer algo mágico con eso y tener la posibilidad de que lo vean personas; ahí, justo en el momento en que está sucediendo la historia.
Que haya un acercamiento vivo con el espectador, con los actores, con la historia; que sea al momento, con la esperanza de dejarle algo al espectador, una sensación, un impacto en algún lugar de su ser; el pensar en algo que el artista propone, el sonreír un pequeño momento mientras se cuenta la historia.
Y al mismo tiempo, desde el que escribe o actúa, saber que alguien te está escuchando y que en ese momento le es importante escuchar”.
Convocado por el Centro Cultural Helénico, con sede en Ciudad de México, el Premio Nacional de Dramaturgia Joven 2018 ofreció a los participantes la experiencia de que su texto sea representado. Incluye la representación del texto ganador en coproducción del Centro Cultural y la Compañía Nacional de Teatro.
Para Vázquez Quiroz, actriz y directora enraizada en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, y radicada en Xalapa, Veracruz, saber que su una obra es ahora producida por dos de las instituciones más importantes para el teatro en México, es un sorprendente logro:
“Sé que la Compañía Nacional de Teatro ya comenzó a producir la obra, sé que está dirigiendo Teresa Rábago. Mandé el texto esperando que alguien lo leyera y pudiera darme una oportunidad, que quizá pudiera llegar a las manos correctas para que alguien lo montara. Es una oportunidad muy grande. No sé cuándo se vuelva a repetir, si es que sucede de nuevo.
Es emocionante saber que mi familia viaja de distintos lugares del país, con las familias de los demás finalistas, para reunirse y presenciar entre todos algo especial, un acercamiento con otras personas, gente de Teatro, los compañeros, los jurados; me emociona mucho estar ahí, en la misma sala con las otras cuatro historias y vivir algo único”.
El jurado en su veredicto (Verónica Bujeiro, Cutberto López e Itzel Lara), señaló que “Valentino Clemens y los chicos perdidos de Wonder-Nada” parecía un canto de esperanza desde la voz de un perdedor:
“No sabía hasta dónde podía abarcar este texto. Cuando lo escribí pensaba que hablaba sobre mí y mis amigos, sobre todo de los fracasos que sentimos hemos vivido al encontrarnos sin oportunidades de aspirar a algo más que estar destinados a seguir perdiendo.
Por lo visto tiene más magnitud, mayor apertura a tener un acercamiento con otras personas distintas, pero que también habitan una realidad complicada para desarrollarse.
No sé si todos los jóvenes viven sin oportunidades. Los ‘chicos perdidos’ de la obra proceden de familias rotas, de adopciones, abandonos en la calle, de orfanatos. Valentino vive en un universo donde pocos tienen mucho y el resto tiene poco.
Con ese antecedente ya saben que individualmente no podrán aspirar a algo más grande de lo que son ellos como grupo de amigos, como familia.
Me inquieta mucho el futuro de los niños de la calle para cuando se conviertan en adultos, hacia dónde se dirigen, a qué aspiran, cómo va a ser el universo para ellos.
En Xalapa, donde vivo, hay mucha situación de calle; y aunque el texto no habla de esto a manera literal, sí indaga sobre estos cuestionamientos”.
Integrante de la compañía Periferia Teatro, Isabel Quiroz con ‘Los chicos perdidos de Wonder-Nada’ hace referencia al ‘País de Nunca Jamás’ de “Peter Pan” (James Matthew Barrie) para retratar a jóvenes olvidados que no aspiran a más familia que ellos mismos:
“Son un grupo de amigos que no serán encontrados porque no hay quién los busque. Pero Valentino sí habla de una figura maternal más o menos existente, aunque no es precisamente su mamá. También tiene esta sensación de estar roto.
Al encontrarse con los ‘Chicos perdidos’ decide transmutar, convertirse en Valentino Clemens, que no es su verdadero nombre; hay un intento en él por pertenecer a este grupo de amigos buscando sentirse bien, saber que hay personas que están con él, que se preocupan por él, con quienes siente la posibilidad de ser feliz. La simple satisfacción de pertenecer”.
“Valentino Clemens y los chicos perdidos de Wonder-Nada” es una historia de cómo, con amistad, es posible formar una nueva sociedad:
“Y también relata desde sus ojos cómo esta nueva familia de cuatro integrantes se desmorona.
Con su vida, Valentino se convierte, no sé si en lo que quiere ser, pero sí se sabe mejor que como llegó; se adapta a la situación, a lo que es y a lo que tiene en sus posibilidades; creo que entiende lo limitado de sus aspiraciones y con ellas vive.
No necesariamente tiene más motivación, no sabe por qué andar, quizá encontrará algo maravilloso en su camino, pero al desconocerlo, simplemente vive.
Ese es el detonante de la obra, transformarse al comprender el poder que siente en su interior al sentirse vivo, aunque para el resto del mundo parezca un chico más. Para Valentino, pertenecer a este clan, a este grupo de perdidos en Wonder-Nada le provoca sentirse en un universo donde se vive al máximo.
Y cuando vuelve a encontrarse con la adversidad está ya decidido a seguir viviendo, con o sin ellos”, afirma Isabel Vázquez Quiroz.
En la premiación de este lunes, la Compañía Nacional de Teatro presenta al público una serie de lecturas dramatizadas de las cuatro obras finalistas y de “Valentino Clemens y los chicos perdidos de Wonder-Nada”, dentro del ciclo programado por el Centro Cultural Helénico.
Para Xalapa, el próximo mes de agosto se anuncia otra de las joyas de la joven dramaturga Isabel Quiroz, “Serie azul, el asesinato de Tom McCoffe”, texto propuesto desde el lenguaje de la novela gráfica y la novela negra.
Mayor información se puede obtener en Facebook.com/PeriferiaTeatroXalapa.