De azteca a mexica-no: invitación escénica a repensar nuestro pasado, presente y futuro
En formato de monólogo llevado por el actor Ricardo Rodríguez y con la dirección de Isabel Quiroz, el colectivo artístico “Relatos del Anáhuac” presentó el pasado fin de semana la obra “De azteca a mexica-no” en el Centro Recreativo Xalapeño, con funciones los días viernes y sábado en el foro Guadalupe Balderas que contaron con público diverso conformado por niños, jóvenes y adultos.
Con una dinámica interactiva entre el actor y los asistentes, la pieza teatral invita a revalorar la cosmogonía indígena de la cultura que se erigió como la más poderosa y con mayor presencia, previo a la llegada de los españoles, en lo que actualmente es México, es decir, el gran imperio azteca. La trama es contada por un viajero del tiempo que, en la lógica dramática, llega a nuestro presente para contarnos leyendas e historias míticas de nuestros antepasados, además de advertirnos de la gran catástrofe que ocurrirá si seguimos dañando el planeta.
Para los fines de su misión como viajero del tiempo, el personaje ha recolectado piezas de distintas épocas, héroes y hazañas, cosmogonías y mitologías del Anáhuac que contarán su origen, dejando pistas para salvar una civilización en decadencia. Con la ayuda de artesanías hechas de barro, madera, tela y más materiales, nos cuenta historias de un pasado antiguo, antes de la conquista de los españoles, cuando los pueblos nativos de nuestro país vivían en paz y armonía con su entorno en el vasto territorio mexicano.
Sin embargo, el viajero llega a nuestro presente no sólo para contarnos relatos míticos de la gran civilización mexica, sino también con un fin específico: persuadirnos para detener y revertir el daño que le ocasionamos a la tierra con los índices alarmantes de contaminación que generamos a nivel mundial, consecuencia, a su vez, de las dinámicas consumistas de las sociedades posmodernas que parecen formar parte de una carrera por ver quién contamina más el planeta.
El personaje recurre al pasado para demostrar al público que sí se puede vivir en armonía con la naturaleza, pues el actor recrea relatos prehispánicos en los que humanos, animales, vegetación y demás seres vivos conviven en concordia en un imperturbable equilibrio natural con la influencia de los astros, con una narración que el espectador percibe como fantástica por aspectos concretos: la prosopopeya como característica discursiva, un vínculo atávico entre el hombre y la naturaleza y un profundo misticismo proveniente de la cosmovisión mexica.
De esta forma, “De azteca a mexica-no” nos ofrece una visión ancestral de la humanidad a través de la cual es posible salvar a nuestra especie de la temible hecatombe, nos advierte que estamos a tiempo de cobrar conciencia y reformular la convivencia con nuestro entorno, que la vida en el planeta es más importante que sistemas políticos, economías sólidas y estilos de vida ostentosos, revelación que debe reflejarse en la realidad hoy más que nunca.
